El primero de los grupos de pacientes con Alzheimer en los que se ha aplicado esta terapia complementaria estaba formado por cuatro hombres y siete mujeres con edades comprendidas entre los 64 y 86 años con patología leve o moderada y que hubieran mostrado afición por los perros. En este caso el objetivo era evaluar si esta intervención no convencional ayudaría a frenar el deterioro cognitivo de los enfermos. En este sentido, los pacientes que han participado en la terapia con animales muestran un mayor grado de interacción social y una notable reducción de la apatía. Además, manifiestan una expresividad emocional mucho más rica y sus capacidades de comunicación verbal y no verbal han aumentado de modo significativo. Al finalizar la presentación, la Asociación Torrafal ha expuesto varios casos y su experiencia con esta terapia. 

El segundo grupo en el que se ha estudiado el efecto del nuevo programa ha sido el compuesto por 8 pacientes ancianos con depresión involutiva, con una edad media de 71 años. Los criterios de selección incluían tener una sintomatología depresiva activa, que afectara en sus actividades básicas de la vida diaria y que estaban en riesgo de aislamiento social y deterioro de las habilidades interpersonales. Tras 10 sesiones durante 6 semanas, los resultados han sido realmente fantásticos, ya que se ha producido una estabilización clínica de la sintomatología depresiva y se ha disminuido la ansiedad y la tristeza. Los pacientes han avanzado de modo radical en sus relaciones interpersonales, favoreciendo la sociabilidad y las habilidades de comunicación. Además, se ha observado un aumento de la autoestima, desterrando los sentimientos de inutilidad que muchas veces acompañan a un paciente mayor con depresión. Asimismo, se ha elevado el rendimiento cognitivo en todos los pacientes que han participado en el estudio. Todo ello permite afirmar que la terapia asistida con animales es una herramienta útil y eficiente para disminuir los síntomas depresivos en la población anciana.

El tercer colectivo de pacientes en el que se ha aplicado el programa ha sido en el formado por siete pacientes mayores de 70 años que habían sido intervenidos de cadera o rodilla y que se encontraban realizando la rehabilitación para observar si había diferencias significativas en cuanto a los resultados de calidad de vida del paciente. En este caso aunque los resultados no permiten afirmar que se haya producido una recuperación precoz del estado funcional del paciente, si que se ha manifestado un altísimo grado de satisfacción por la terapia.

“Diferentes estudios indican que las mascotas son utilizadas como puente de comunicación entre el terapeuta y el paciente debido a que además de servir como compañía y relajar a muchas personas que necesitan de un apoyo, ayudan a calmar o a aminorar ciertas deficiencias psíquicas o físicas que padecen. Los enfermos acarician o juegan con los animales, actividad que ayuda a reducir los niveles de estrés, contribuye a combatir la depresión de los seres humanos y a que los sujetos sean más tolerantes y respetuosos consigo mismo y con los demás individuos, mejorando así el estado anímico”, indicó la concejal, Rubén Martínez. Además, añadió el edil de “se trata de una nueva terapia más que pone en marcha el Hospital de Torrejón y que demuestra la calidad del servicio y de los profesionales del centro sanitario y que está siendo un éxito en los tres grupos de pacientes que se está aplicando”.

Por último, Rubén Martínez, agradeció “al Hospital y a sus profesionales la puesta en marcha de este programa pionero que ha demostrado tener un gran éxito y ser de gran utilidad para los pacientes, así como la gran labor que hace la ONG Grupo Mascoteros en la ciudad, cuidando de los animales y poniéndolos a disposición de este programa y a la empresa Yaracán, especializada en terapia y actividades asistidas por animales que son los que proporcionan las mascotas para este programa”.