Así, el sábado 25 de febrero tendrá lugar el segundo estreno nacional que llega en esta nueva temporada teatral al José María Rodero con una de las representaciones teatrales más aclamadas por el público nacional e internacional de una de las mejores obras de Federico Garcia Lorca: “1941. Bodas de Sangre”. Además, el teatro aún acogerá un tercer estreno nacional con “¡Agosto! Cuadros de amor y humor al fresco” que tendrá lugar el próximo 3 de marzo. “Este hecho demuestra, que debido a su calidad, infraestructura y al apoyo del público, las compañías elijen nuestro teatro para llevar a cabo sus estrenos, siendo los torrejoneros los primeros en disfrutar de estas obras”, indicó el alcalde, Pedro Rollán.

En este sentido, la apuesta del sábado por la poesía lorquiana está inmersa en las raíces flamencas, donde la tragedia andaluza se convierte en teatro. Para su puesta en escena, se proponen dos universos: en uno, los actores que protagonizan esta obra hablan, cantan y construyen un mundo particular, cerrado y profundo de la malograda boda y en otro, componen la realidad de la época en que se representa este ensayo de la obra de Lorca. Estamos en el año 1941. García Lorca vetado como autor subsiste en la voluntad creadora de nueve personas. Una escenografía austera y elocuente a un tiempo, es el puente escogido para que la versión de esta joya de la dramaturgia del siglo XX pueda desarrollarse.

Por su parte, el domingo 26 llega una personal versión de “Tío Vania”, con la que el director, Santiago Sánchez, nos conduce a través de un laberinto de espejos en el que nos vernos cómicamente reflejados. Subyugados por las circunstancias, pero también capaces, si de verdad lo deseamos y si de verdad estamos dispuestos a reaccionar, de vencerlas. Una obra de Chejov, posiblemente la más hermosa y conmovedora, en la que el maestro ruso presenta con cercanía y sutileza a ocho seres humanos que, rehenes en un juego lleno de trampas, podrían ser hijos de cualquier tiempo y lugar. Poco importa el argumento, la época o el país. Cuatro hombres y cuatro mujeres en plena madurez, llenos de deseos y pasiones cruzadas, toman conciencia de que el destino de sus vidas comienza a escapárseles. Inquietantemente familiar, es fácil para el espectador de hoy reconocer el juego y sus reglas: cuanto más nos empeñamos en la huida, más nos enredamos en la tela de araña de la que tratamos de escapar. Así que con humor, con ternura y con emoción, ellos y ellas plantean a quien los ve y escucha un dilema eterno: reaccionar o resignarse.